Que los niños recojan sus regueros es dañino para la sociedad

Que los niños recojan sus regueros es dañino para la sociedad.

Estoy segura de que estás en shock y pensarás:

«Por eso estamos como estamos».

«Los muchachos de ahora son unos vagos porque los papás piensan así».

Pero dame un segundo y déjame explicarte.

¿Qué ves en estas oraciones?

«Arregla tu cama»

«Recoge tus juguetes»

«Lleva tu plato a la cocina»

A simple vista son cosas que a diario les decimos a nuestros hijos que hagan como forma de que tomen responsabilidad y contribuyan en la casa ¿verdad?

Mira ahora más cerca, ¿qué tienen en común las tres frases?

La palabra TU.

Tu cama, tus juguetes, tu plato.

La forma en que estamos enseñándole a los hijos a «colaborar» contradice totalmente el efecto de hacerlo.

Le estamos diciendo que sólo con recoger sus regueros es suficiente, es lo único por lo que deben preocuparse y lo peor, es lo esperamos que hagan.

¿Y los demás pa’ cuando?

¿Y el sentido de comunidad?

¿Y la colaboración real cuando todos trabajamos para que todos estemos mejor?

Para mí no hay nada más contradictorio que enseñarles a colaborar con la casa sólo resolviendo lo que él o ella hizo.

Con eso los estamos enseñando a que no importa que el mundo se esté cayendo si su lado de la cama está limpio, que no importa si los otros pudieron terminar, mientras él ya haya resuleto SU problema, que con que se limite a ver dentro de su propia burbuja y barrerla por dentro, está bien.

Y NO está bien.

Ahora sí puedes decir a todo pulmón:

«Por eso estamos como estamos»

 

Estamos como estamos, porque desde la casa le enseñamos a nuestros hijos a que con que recojan sus regueros es suficiente, a que si el otro se quedó atrás o no pudo avanzar, ese no es su problema porque ya el terminó «lo suyo» y no tiene nada que ver con lo del otro.

Estamos como estamos, porque no educamos para el servicio ni para la consciencia del mundo exterior.

Estamos como estamos porque tampoco les enseñamos el impacto que tiene en la vida común lo que se hace por todos.

Nos quedamos en (y repito) «con que resuelvas lo tuyo es suficiente» y eso es dañino para la sociedad.

Cuando yo descubrí este efecto cuando mis hijos fueron creciendo y veía cómo, precisamente con esta práctica del «arregla tu cama», cada uno empezó a desentenderse del resto y a halar para su lado, cambie la forma.

Ahora lo que hacemos es lo siguiente:

Nos dividimos las tareas de manera total.

Por ejemplo:

«Recoge la mesa» (no tu plato, sino el de todos).

«Arregla las camas» ( no tu cama, sino las de todos).

«Vamos a dividir la casa: a fulano le toca la sala, a fulano el comedor, a fulano la cocina…»

Esto es con el objetivo de que los niños vean el efecto de que que ahora que sí estamos coloaborando todos, el espacio que disfrutamos es más agradable, no para uno ni dos, sino para todos.

Se acabó el dañino «recojan sus regueros».

 

De esta nueva forma, nos involucramos, conocemos cada rincón de la casa en que vivimos y, como si fuera poco, bajamos el nivel de desorden porque nunca sabes qué area te va a tocar y no quieres ser el que más trabajo pase.

Así que, como efecto colateral, todo el mundo trata de ir recogiendo lo que usa o tira y empieza a disfrutar el espacio en que habita sabiendo que es de todos y es responsabilidad de todos.

¡Ah!y como si fuera poco, como todos ayudamos, acabamos rapidísimo y aprendemos a que el trabajo en equipo nos ayuda a vivir mejor.

Los sábados digo: 15 minutos para arreglar la casa, sorteamos las áreas que le toca a cada quien y eso es casi magia.

¿Puedes ver el efecto que tendría usar esa práctica con nuestros hijos en nuestra sociedad?

Dime qué te parece en los comentarios.

 

 

 

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