Luego de unas merecidas y disfrutadas vacaciones iniciamos nuevamente con el año escolar y, aunque nunca hubiéramos pensado que la extrañaríamos, ¡Bienvenida rutina!.
Como todas sabemos no sólo se trata del año escolar sino también del proceso de adaptación.
Definitivamente con esta etapa inicial se vive en carne propia el caos de las mañanas donde aún los niños tienen el horario de vacaciones (y los padres también), a veces ponen un poco de resistencia a entrar a su nuevo curso, a tener una profesora nueva, a un grupo diferente de compañeros y, por otro lado, llegan a la casa cansados, incómodos y para colmo a la hora de dormir te plantan una vigilia con el nivel de compromiso de Gandhi.
En lo que se van calmando las aguas y todo va tomando su ritmo, nosotras podemos ir re-organizando nuestras vidas y así, a la par con nuestros hijos, adaptarnos otra vez.
A continuación, algunas ideas que pueden ayudarte a retomar las riendas de tu familia y sus rutinas por los próximos 9 meses:
1.- Limpia tu horario.
En la medida de lo posible trata de reprogramar los asuntos que más tiempo te tomen en el trabajo o en tu vida en general. Si puedes mantener lo mínimo en acción (al menos durante el primer mes) tendrás la oportunidad de estar más disponible para tu hijo si lo necesita.
2.- Prepara las meriendas y bultos la noche anterior.
Podrías aprovechar mejor las mañanas para conectar con tus hijos en el inicio del día si tienes todo previamente preparado. Además te ahorras la histeria que provoca la prisa y llegas menos estresada a tu destino.
3.- Pon la alarma unos minutos antes de lo que acostumbras.
Si calculas el tiempo en que preparas a los niños, te preparas tú y llegan al colegio, solo debes sumarle 10 minutos más.
Haz este ejercicio y te darás cuenta de que podrás cambiarlos despacio hablándoles de cómo será su día, podrás compartir desayuno en la mesa en vez de Cherrios en el carro.
También podrás aprovechar ese momento del día para inyectar a tus hijos y darte tú misma una dosis de energía positiva, sin los gritos, la ansiedad y la velocidad que implica cuando te despiertas de manera que el tiempo queda justo.
4.- Revisa con tu hijo su programa de clases.
Este es un momento especial para compartir porque define expectativas y quita ansiedad. Cuando vienen de camino o están haciendo algo juntos, puedes aprovechar para hablar de las materias que va a ver, de sus profesores nuevos. Déjalo que te exprese sus miedos y sus deseos y refuerza positivamente todo lo que puedas.
Además lo haces sentir valioso a él como persona y a lo que él hace en su día que es precisamente ir a la escuela.
5.- Preséntate a sus profesores.
Hazle saber a quienes van a estar a cargo de tu hijo que quieres involucrarte y deseas que te mantengan al tanto de su desempeño.
Padres y profesores deben ser aliados en la tarea de educar e instruir al niño, por tanto sería bueno que establecieras un canal de comunicación efectivo con sus facilitadores.
6.- Procura que su tiempo libre sea productivo.
Antes uno llegaba de la escuela a hacer tareas y luego ver muñequitos o jugar libremente. En estos tiempos la mayoría de mamás han preferido involucrar a sus hijos en actividades de estímulo como deportes o arte buscando alejarlos de un estilo de vida sedentario frente a una TV o con un juego de video.
Trata de buscar actividades que refuercen su motricidad, su sociabilidad y su creatividad sin saturarlo ni hastiarlo. Los niños también necesitan hacer nada para poder desarrollar su imaginación y relajarse pues bastante que hacen ya en la escuela.