Castillo es una comunidad perteneciente a La Isabela, lugar histórico donde Colón edificó la primera ciudad del Nuevo Mundo en la provincia de Puerto Plata.
República Dominicana es dueña de muchos «primeros» en materia de historia del descubrimiento de América, como se le llama.
Este comunidad es una que visitamos prácticamente todos los veranos desde que nuestros hijos son bebécitos. Tenemos amigos que son como familia allá y nos han introducido al pueblo y a la gente.
El lugar es tan hermoso, tranquilo y acogedor que es sencillamente bueno para ir con niños, especialmente si disfrutan el contacto con una naturaleza prácticamente virgen, un espacio tranquilo y gente que está dispuesto a ayudarte.
Cómo llegar:
Tomas la carretera que lleva a Puerto Plata y encontrarás el cruce de Imbert que te lleva a Luperón. Una vez en Luperón, llegas a donde está una estatua a caballo, ahí sigues las indicaciones para tomar la carretera que te lleva directo al pueblo de La Isabela o ya preguntas que cualquiera te dice.
Se toma desde Santiago alrededor de 1 hora y 30 minutos.
Sabrás que llegaste porque la carretera desemboca en un parque que tiene un letrero de Bienvenidos a La Isabela.
Qué hacer:
Una vez allá te recomiendo la siguiente ruta:
- Entras al Museo Arqueológico de la Isabela y haces la ruta completa. La entrada por dos adultos y dos niños es de RD$200.00 (unos 5 dólares) y le das al final del tour una propina al guía que te asignan. Una propina que puede ir entre RD100.00 y hasta RD$500.00 que puedas.
- El tour lo hacen a pie visitando lo que queda de las ruinas mientras el guía les va contando datos históricos y curiosos a la vez.
- Luego pasan a lo que es en sí el museo con mapas, fósiles, reliquias y artefactos originales de la época. Aprendimos muchísimo sobre la historia con los relatos y los escritos.
- Tienen chance de ir al baño que están en excelentes condiciones y aptos para los niños.
- Al final pueden pasar por unos gift shops que tienen piezas hechas con materiales de la zona imitando el arte taíno y una cafetería. No están en las mejores condiciones pero es suficiente.
- Luego puedes pasar a visitar la primera iglesia del Nuevo Mundo que es hermosísima y tiene una historia de reconstrucción bien interesante.
- Como cierre de esa parte te recomiendo ir al parque y allá entrar al Comedor de Doña Nina. Es el mejor sitio para comer (sino el único). Encuentras un menú bien amplio con comida criolla pricipalmente de mar y en un ambiente sano. Hecho todo en horno de leña y con excelentes atenciones.
- Ya para concluir tu día te espera la playa. Es excepcional para niños porque tiene un oleaje mínimo y es bien virgen y tranquila. En la playa busca «al italiano». Es dueño de una cafetería ahí mismo frente al mar con sillas y mesas y vende pizzas (estilo italiano), helado, refrescos, agua, cerveza y demás. Todo a precio regular y con muchas atenciones.
Mis recomendaciones extras:
- Trata de llegar a eso de las 10:00 am a más tardar para que puedas disfrutar lo principal.
- Si pudieras quedarte a esperar el atardecer en la playa es espectacular y vale la pena.
- La carretera está en buenas condiciones pero tiene algunas curvas, así que maneja con precaución.
- Si necesitas ir a una farmacia o a un supermercado debes calcular ir a Luperón por donde pasas de ruta y que queda a unos 20-25 minutos.
- Una vez vayas de camino y veas el mar en el lado, busca un camino de entrada. Ese camino desemboca a una playita super virgen que es especialmente buena para la exploración.
- Si quieres quedarte de un día para otro o el fin de semana, busca un hotel en Luperón y ya desde ahí te mueves por la zona.
- Los dulces en la zona son riquísimos, especialmente de coco. Pregunta.
Presupuesto:
Además de calcular combustible, considera la entrada al museo (ya hablamos de precio arriba, incluyendo propinas), piensa si quieres compara algún souvenir y súmale la comida que ronda el servicio completo y suficiente para un adulto o para que niños compartan, que van entre los 300 y los 700 pesos promedio por persona (entre 7 y 15 dólares).
En fin, es un destino que recomiendo para pasarte el día, para ir a un viaje educativo, para exploración a pie, en four wheels o en carro, o para cuando simplemente quieras botar el estrés y comer delicioso en medio de la paz mental que da una playita que aún no ha sido turísticamente explotada.
Sí puede ser que un día te topes con algún expresivo con música medio alta, especialmente los domingos o días de fiesta, pero nada que ver con otras playas. Creo que por la condición de playa sin grandes pretenciones de ser convertida en atracción, se mantiene con un ambiente sano a su alrededor.
Para que se hagan una idea, galería de fotos.